CADEBA´13 (Cadete Masculino) "Los sueños de la manada"

El otro día tuve un sueño, si un sueño algo extraño, pero ya se sabe que a veces los sueños son así. Soñé con una manada de animales que habitaban en la sabana. La verdad es que fue un sueño raro como os digo, donde los componentes de la manada, como el búfalo, el hipopótamo, el ñu, la cebra, la jirafa, la gacela, el antílope, el elefante, el eland, el guepardo, el león, el leopardo, el avestruz, la hiena, la pantera y el rinoceronte jugaban a baloncesto. Y lo hacían formando todos ellos un equipo dirigido por varios domadores. La manada llegó a ser la reina de la sabana cordobesa no teniéndo rival apenas. Entonces unos señores del National Geographic decidieron que la manada de la sabana montillana, reina de los contornos cordobeses, recorriera una larga distancia para junto a otras manadas de Andalucia y en un Parque Natural acotado celebrar una competición donde pudiesen demostrar su poderío.

Y hasta allí llego la manada, exultante y animada, algo cautelosa y fiera a la vez. En una especie de zoo donde compartían alojamiento con algunas manadas más llegadas desde Málaga, Granada, y Huelva preparaban los fieros encuentros, alimentándose con frutas del bosque, algún cordero muerto, arroces con leche, pastas y bolas de tomate.

Y llegó el día en que la manada tenía que demostrar su fuerza ante la manada de Dos Hermanas, en un principio la manada de la sabana montillana se mostró algo nerviosa, dejándose intimidar por la manada sevillana, hasta que los domadores y tras unas arengas amenazantes consiguieron que la manada fuese la reina de aquella tarde. Luego llegó la manada del desierto de Almería que con el orejudo perro del desierto solo pudo dar algunas mordidas sin apenas causar heridas graves en la manada montillana. Sin apenas descanso la manada montillana tenía frente a si la manada de La Palma, y fue aquí donde la manada montillana no dejó respiro a sus enemigos, eliminándolos de forma clara y preparándose para el gran ataque al orangután de Cádiz. Pero eso sería al día siguiente. Entre tanto la manada de la sabana montillana descansó en el zoo, a base de masajes y buenas viandas y algún que otro baile, donde el mono rapero amenizó la tarde.

Y de nuevo llegó el día esperado. La manada de las marismas gaditanas con el orangután en el campo de batalla y la gineta y la hiena como sus domadores se vieron dominados en un principio por la polvareda que levantó la manada de la sabana montillana al llegar al campo de batalla, pero poco a poco las fuerzas fueron mermando en la manada de la sabana y ,cuando más tocados estaban dos cazadores furtivos aparecieron en el campo de batalla soltando una ráfaga seca que se llevó por delante al domador de la manada montillana, luego continuó con el búfalo, el león, la gacela, etc…

Eso soliviantó a la manada montillana que por unos momentos se vio hundida, mientras el orangután y la gineta y la hiena de Cádiz como chacales chacales a los francotiradores, dándoles las gracias por ayudar a eliminar a la manada montillana.

En ese momento me desperté y mire a mí alrededor.

¡No era un sueño, tampoco una manada!. Eran dieciséis jóvenes almas rotas, llorando de impotencia, y rabia por ver como se les iba esfumando poco a poco el sueño de hacer algo gordo en el sector cadete masculino.

Al final la realidad superó al sueño y tras la derrota con Cádiz, los chicos del cadete masculino volvieron a Montilla sintiendo en su piel todo el cariño y el ánimo de los cientos de montillanos que durante unos días soñaron con ellos. Y más cuando, junto a la manada del Cajasol y la del Unicaja fueron la única manada de un pueblo que pasó invicta a cuartos y algo aún mejor, haciendo disfrutar con su juego a todos los que la vieron.

¡Chavales, que nunca dejéis de soñar¡